viernes, 16 de agosto de 2013

Capítulo 10~


Narra Castiel
¿¡Pero que he hecho!? Soy un idiota y un cursi de mierda, primero le digo que me gusta, después la evito y luego le digo que tenemos que hablar. Pensara que es una broma o que simplemente estoy chiflado. Bah, no creo, que aquí la chiflada es ella.
Me mira expectante, esperando una respuesta y algo nerviosa. No sé por dónde empezar, ni siquiera me he pensado que decirle. Podría fingir que no ha pasado nada, pero… si lo hago, se pensara que no se lo dije de verdad y me odiara, a las chicas no se les pueden decir cosas así y dejarlo tal cual. ¡Aggh! Me estoy poniendo como Lysandro. No entiendo cómo me deje convencer para hacer esto.
~Flashback de Castiel~
Al acabar las clases aún seguía con la cabeza en el quinto mundo, no podía dejar de pensar en Cami. Lo que le dije casi que se me escapo, ¿¡cómo la voy a mirar ahora?! Es verdad que me gusta… con esas orejas que le regale, esa sonrisa que me deja embobado, esos ojos rosas que tiene, es algo raro pero me encanta. No es como otras chicas, me enamore nada más verla, era solo un niño pero ya la tenía en la mira.
¡PAFF!
Sentí algo en la nuca, Lys me había dado con su libreta, menos mal que me ha sacado de mis pensamientos, me estoy desviando al lado cursi y eso no puede ser.
-¿A qué tonto se le ocurre hacer eso?- me dijo, yo desconcertado no sabía que responderle.
Lysandro al ver mi cara de confusión me dijo:
-Cami me conto lo que paso en la enfermería ¿Por qué no le has dicho nada aun? Has estado evitándola todo el día y ella está bastante desconcertada…
No me dejo hablar y siguió con su discurso.
-Tienes que hablar con ella Castiel- le oí decir al final de su charla.
-Lysandro…
-¿Si?
-Creo que nunca habías hablado tanto -le dije atontado.
-Eso no importa, ve y habla con ella después de su casting, no voy a aguantar otro día verla con esa cara de preocupación -dijo frustrado, Lysandro se preocupaba mucho por ella, era como una gatita perdida, por eso le habrá tomado tanto cariño desde que éramos críos.
-Está bien, lo hare- Lys y su cara de preocupación me fastidian.
~Fin del Flashback~
Ella seguía mirándome con confusión, creo que ya hubo bastante silencio, tengo que decir algo pero no sé qué.
-Castiel… eh...- dijo ella, se ve que tampoco sabía que decirme- ¿De qué quieres hablar? -dijo después de pensárselo un momento.
¿Y ahora que le digo?
-Es sobre el trabajo de ciencias -le solté por fin, soy un cobarde y un estúpido, la mire y parecía algo decepcionada, ¿pero que podía hacer? ¡Maldito imbécil, piensa!
-Claro -dijo ella- ¿Dónde lo haremos?
Esa pregunta podría ser malinterpretada. Ella al parecer también se dio cuenta porque se puso roja como un tomate y empezó a tartamudear, y para que mentir yo me puse nervioso con ella.
-M-me re-refiero a donde ha-haremos el trabajo- decía moviendo mucho los brazos.
-Ya, lo sé. -dije como un robot, soy realmente patético. Vamos cálmate Castiel, esto no debería ser tan difícil. -Mi casa está hecha una pocilga, ¿Qué tal en la tuya?- dije ya más calmado.
-Etto… creo que si Sanae no está en casa estaremos bien -dijo ella. Hace mucho que no veo a Sanae, tampoco es que fuera la mejor del mundo conmigo pero tampoco estaría mal volver a verla. Recuerdo escenas en las que Cami le tapaba la boca para que no dijera cosas sobre ella o que cada chico que estuviera con Camila fuera un pretendiente en una supuesta lista de ’’futuros maridos para mi hermanita’’ eso son solo cosas que puede hacer Sanae. Pero creo que en esa lista nunca figure yo. No sé por qué pero me tiene manía. Será que soy demasiado para ella. Con tanto sex appeal…
-¿Qué te parece mañana? Es viernes así que… bueno, si no tienes nada que hacer -le dije, hablare con ella en su casa y ya está, al menos creo que ahí estará más tranquila.
-Si, después de clase, si quieres vamos los dos juntos -dijo ella un poco sonrojada, se veía realmente guapa… ¿Pero qué coño estoy diciendo? Este no soy yo…
Yo me limite a asentir, ella me saludo con la mano y se fue. Me sentí realmente estúpido después de eso.
Fin de la narración de Castiel
Soy una tonta. ¿Cómo pude creerme que Castiel estaba enamorado de mí? Solo fue una broma estúpida de él. No me puedo creer que haya sido tan ilusa, si ni siquiera menciono nada en la conversación y encima voy y le digo ``¿Dónde lo haremos?’’ que se que él también pensó mal, y la gota que colmó el vaso fue que tenemos que hacer el estúpido trabajo. Espero que Sanae no haga nada mañana por que no se si podré aguantar a solas con él.
Iba caminado para mi casa, despistada y pensando en todo lo que había pasado. Como siempre, y de lo tonta que soy, me choco con alguien. Cerré los ojos porque estaba cayendo y sabía perfectamente que me iba a doler. Unos centímetros antes de caer al suelo unas manos me cogen de la cintura y evitan que le dé un ``beso’’ al suelo.
Mire para ver quién era el que me había cogido.
-¡Leigh! -y por no se cuanta vez en esta historia me abalance para abrazar, en este caso, a Leigh.
-¡Ah! Camila a ver cuándo dejas de tirarte encima de la gente, Lysandro ya me cuenta lo que haces -me miro sonriendo pícaramente.
-¿Qué es lo que te cuenta exactamente?
-Nada, a saber lo que estás pensando -me dijo riendo.
-Que mal, desde que llegue aquí no me has venido a visitar ni una sola vez- le dije haciendo pucheros.
-Tu a mí tampoco.
-Bueno… estamos en paz .
-Lo siento Cami tengo que irme a trabajar.
-¿A la tienda? ¿Puedo ir, puedo ir, puedo ir? -le dije muy deprisa.
-Sí, mientras te estés quietecita.
-Que buen trato me estás dando, así seguro que la gente te comprara ropa -le dije burlona.
Fuimos hacia la tienda, Leigh, Lysandro y yo éramos como familia, me encantaba, el día anterior antes de irnos y antes de que Sanae y yo nos quedáramos solas, me la pase llorando por los rincones, ese día sabía que los iba a extrañar mucho me alegro de haber vuelto y de que estemos como antes, menos con Castiel…
Cuando estábamos a punto de llegar a la puerta de la tienda de ropa divise una cabellera plateada esperando.
-¡Sui! -grite para que se diera cuenta. Mi guitarrista favorita volteo a verme y me saludo, pareció algo nerviosa al ver a Leigh.
Al llegar donde estaba ella Leigh se le acerco y la miro fijamente.
-Tu cara me suena… -dijo él.
Sui al estar tan cerca él se sonrojo un poco, ahora veo por dónde van los tiros.
-Tu eres… la chica que me compro unos pantalones el otro día ¿verdad? -dijo Leigh después de lo que pareció ‘’pensar demasiado’’.
-S-si…-dijo Sui tartamudeando.
-¿Vienes a comprar algo más? -pregunto el chico sonriendo amablemente.
-¡Ah, sí! Necesito una camiseta -dijo Sui pareciendo decir lo primero que se le paso por la cabeza.
La mire y ella a mí, luego me lo tendría que contar todo. Entramos a la tienda, yo no la había visto mucho, cuando me fui Leigh apenas estaba empezando con esto, pero Lysandro me conto bastantes cosas de la tienda y por eso quise venir a ver. ¡Curiosos al poder!
-Cami, ¿de qué la conoces? -me preguntó Leigh.
-¡Ah! Va al instituto conmigo y es la guitarrista de mi grupo incompleto y sin nombre -dije sonriendo.
-Ya veo… encantado… ¿Sui?
Sui asintió, estaba muy tensa, mejor me la llevo a mirar ropa.
-Sui acompáñame a mirar algo y de paso buscamos una camiseta para ti.
-Está bien –dijo empanándose.
-Lele me llevo a Sui a ver ropa, a ver que tienes por aquí.-le dije a Leigh, Lele era un apodo que le puse de pequeña, así se quedó, ¡y así perdurará! O hasta que se me olvide.
-Hace mucho que no escuche ese nombre -dijo, a lo que yo sonreí- y sigue sin gustarme. Mi cara cambio de repente y le saque la lengua al buena gente de mi segundo ‘’hermano’’.
Nos alejamos lo suficiente de él para que no escuchara lo que le iba diciendo a Sui.
-Después me vas a tener que contar todo esto de las caras nerviosas -le dije.
-¡Aghh! Enserio es que no sé lo que me pasa.
Estuvimos probándonos ropa casi una hora, nos lo pasábamos bastante bien.
-Cuanta gente hay en la tienda -ironice, por ahí no pasaba un alma.
-No te burles de mí, hoy es jueves por lo que no viene casi gente, espera a mañana y veras -dijo Leigh.
-Sí, claro -le conteste riendo.
Sui y yo cogimos algo de ropa que nos había gustado y se la dimos a Leigh para que nos cobrara.
-Lele, ¿nos haces un descuento? -le hice carita de perrito mojado.
-No.
-¡Que tacaño!
-Que no, me hace falta el dinero.
-Claro, como aquí no viene nadie -le dije pagándole y burlándome.
-Gata mala -me dijo y le saque la lengua.
Sui pago también, casi se le cae el monedero de los nervios que tenía, ya me di cuenta de que está enamorada de él, cualquiera lo sabría mirándola, aunque dudo mucho que Leigh se halla enterado.
Saludamos a Lele y salimos de la tienda.
-Bien, ¡ahora me contaras! -le dije a Sui.
-Vayamos a por un café entonces.
-Está bien, cupido te habrá dado fuerte en el culo ¿eh?
-Gata mala, cállate ya -me dijo riendo.
-¡Aghh! Bobo de Leigh me pone motes muy feos –proteste.
-¡Que va, si te queda genial!-dijo la peli-plata riendo más.

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