Sui y yo fuimos a la cafetería más cercana que había,
pedimos unos cafés, y unos bollos, y nos sentamos.
- ¿Enserio tengo que contártelo? – preguntó ella con un poco
de cansancio.
- Sí, y con todo lujo de detalles - le contesté, bufó y
entonces empezó a contarme.
- Hace un par de semanas que entre a la tienda, nunca había
entrado porque no me había llamado la atención pero en ese momento necesitaba
unos pantalones. Unos minutos antes un beauceron me había atropellado, ¿A que
no sabes de quién era?
- ¿El perro de Castiel?
- Sí, se le había escapado de las manos y al empujarme el
perro, caí al suelo y me rasgue los pantalones. Me había hecho un agujero
bastante grande y la única tienda de ropa que había cerca era esa, así que
entre y lo vi a él.
- Y te gusto…
- ¡No! Me pareció guapo pero no más.
- Qué mentirosa - le dije riendo.
- Bueno ¿Quieres que te lo cuente o no?
- Sí, venga, cuéntame - dije sonriendo, a lo que Sui
respondió con una mirada asesina.
- Me atendió muy bien y compré unos pantalones, todo normal.
Los días pasaron y yo sin darme cuenta iba hacia la tienda, no entraba pero me
quedaba mirándolo fuera sin que me viera.
- Que lo espiabas - la interrumpí y bebí un poco del café
que nos habían traído.
- ¡Cállate o no te lo cuento!
- Vale, vale.
- La cosa es que empezaba a venir todos los días a verle, él
no lo noto, o al menos eso creo y hoy pues os he encontrado, y no he podido
esconderme a tiempo.
- Ajá – asentí con una gran sonrisa – ¡Estas enamorada de él
Sui! ¿Es que no lo ves, sino porque vas a verle todos los días?
- Bueno yo… - se lo pensó - no lo sé, supongo que tienes
razón, no es tan mal chico y además es guapo…
- ¿¡Lo ves!?
- Ya dejemos de hablar de esto, Eli me dijo algo sobre tí y
Castiel en la enfermería que no le habías dicho algo, no sé muy bien, ¿Pero qué
paso?
En ese momento me puse rígida. ¿Cómo es que acababan
enterándose todos de todo? Qué fastidio.
- Cuéntame, yo te he contado esto ahora tú me cuentas eso -
dijo ella.
- Uff, está bien - a alguien se lo tengo que decir después
de todo…
Le dije todo lo que había pasado en la enfermería, lo que me dijo hoy Castiel y bueno… mis
sentimientos.
- En resumen, que te gusta y él es un idiota - dijo Sui como
si nada - Eso es ¿no?
- Sí, y mañana vendrá a mi casa para hacer el maldito
trabajo. – dijo inflando mis mejillas sonrojadas.
-Tendrás que aguantártelo.
Estuvimos hablando un rato más allí y al cabo de media hora
decidimos irnos a casa ya que ninguna de las dos se había acordado que tenía
deberes que hacer.
Cuando llegué a casa Sanae estaba tan cansada de trabajar
que no me hizo ningún interrogatorio, menos mal.
A la mañana siguiente amanecí no muy contenta, hoy tendría
que aguantarme a Castiel toda la tarde, menos mal que estará Sanae al menos si
ella viene a cada rato para ver lo que hacemos estaré más tranquila.
Todo controlado. Me vestí, desayuné con Sanae, fui con
Lysandro al instituto… Tuve que contarle lo que me dijo Castiel ayer, pareció
sorprenderse un poco, pero sonrió, no sé qué habrá pasado. Cuando llegamos al
instituto enseguida nos tuvimos que separar por las clases. Fui con Mizuno,
Misa, Hikari y Beato a clase ya que nos tocaba juntas. Estuve distraída en
todas las asignaturas, algunos profesores me llamaron la atención pero no les
hice mucho caso. A lo único que le prestaba atención eran a mis pensamientos.
Noté como las chicas me hablaban y de repente, en frente mío, había una mano
agitándose. Era la mano de Hikari que comprobaba si estaba viva.
- Cami es hora del almuerzo ¿En qué mundo estás? - me dijo
Mizi.
- ¡Ah! Vamos a comer – dije distraída.
Me levanté de mi silla y vi que todos ya se habían ido,
menos mal que me avisaron que si no me quedaba ahí. En el camino hacia el patio
las chicas me hablaban.
- Enserio, ¿qué te pasa? - me dijo Beato.
- Estás como ida Cami - decía Misa.
- Lo siento, es que… - no pude terminar porque Lenny y Eli
me cogieron de los brazos y me arrastraron hasta una parte de atrás del
instituto, seguidas de las chicas que ya iban conmigo y Rin, Nicol y Sui.
- Ahora si nos vas a decir todo lo que le has dicho a Sui - dijo
Lenny soltándome.
- Gatita somos tus amigas y llevas en las nubes dos días,
explícanoslo - dijo Eli.
- Algunas de nosotras no te conocemos mucho pero también
queremos saber lo que te pasa Cami - dijo Hikari.
- Tu grupo también tiene derecho a saber lo que le sucede a
la cantante - dijo Rin.
- Todas te hemos cogido mucho cariño, por eso tienes que
contarnos lo que te pasa, estamos preocupadas.
- Está bien, siento haberos preocupado tanto, no es muy
importante - les dije para que se calmaran.
- Tiene que ser algo importante si vas como un zombi por el
instituto - dijo Beato.
- Cami, cuéntales como me lo contaste a mí - dijo Sui.
- Nya, os lo contare pero que nadie le diga nada Castiel,
por favor - las mire a todas y asintieron esperando que les contara.
Otra vez conté todo lo que había pasado, mi vida estaba
empezando a girar en torno a Castiel. ¿¡Será bobo, por qué es tan… como es!?
Terminé de contarles y todas se quedaron en silencio pensando en que decirme.
- Vamos que Castiel es todo un tonto - soltó Nicol de repente.
- Este chico es más tarugo de lo que pensaba - dijo Misa.
- ¡Castiel, atontado! - grito Lenny.
- Bien chicas, insultadlo todo lo que queráis, pero nada de
decirle que os lo he contado, no creo que se lo tome muy bien si se entera. - les
dije.
- No te preocupes, boquita cerrada - dijo Eli, e hizo un
gesto con la mano como si llevara una cremallera en la boca.
No pudimos seguir hablando mucho más porque sonó el timbre y
nos teníamos que ir.
- Cami la próxima vez que te pase algo así nos lo dices,
tonta, no te lo guardes. - me riñó Beato.
- Eso, y si alguien te hace algo me lo dices que me lo cargo
con el bate - me aseguró Eli.
- Nya, que buenas sois conmigo chicas – dije feliz.
- Ahí, nuestra gata de siempre - dijo Lenny achuchándome.
De golpe y como un rayo se me vino a la cabeza.
- Lenny tu tocabas la batería ¿verdad? ¡Por favor, te
necesitamos como batería! – supliqué.
- Oh, no. Sabía que pasaría esto, yo no me meto en eso - dijo
Lenny.
- Venga, porfiiii - dije como una niña pequeña.
- ¡Qué no!
- Si de verdad sabes tocar al menos piénsatelo, aquí no
hemos oído más que golpes en los tambores - dijo Rin.
- Si vengaaaaaaaa~ - dijo Sui uniéndose a mí para hacer
pucheros.
- Me lo pensaré – dijo Lenny aún no muy convencida.
- ¡Gracias, gracias, gracias! - le dije achuchándola.
- ¡Que solo he dicho que me lo pensaría! - dijo Lenny.
- Yo también quiero un achuchón - dijo Eli haciendo pucheros.
- Nyaaa, Eli que mona te pones al hacer pucheros,
achuchoooooon - le dije y nos estrujamos.
- Estamos rodeadas de niñas pequeñas - dijo Beato.
- Es que estás celosa - le insinuó Eli.
- Y bueno volviendo al tema inicial, si esta tarde Castiel
te dice algo más dínoslo – dijo Mizi.
- Lástima que mi hermanastro no me haga caso que si no le
diría unas cuantas cosas - me dijo Rin con una sonrisa.
- ¿¡Es tu hermanastro!? Ahora me entero – se sorprendió
Nicol.
- Ya bueno, muchas nos enteramos hace poco - dijo Sui.
- Pero Cami lo sabía - dijo Eli.
-Lenny y yo también, pero como Castiel no había dicho nada
dejamos el tema de lado - dijo Beato.
-Ya, bueno, ¡A mover el culo que llegamos tarde! - dijo
Lenny.
Fui con Eli, Nicol y Lysandro, que nos lo habíamos
encontrado en el camino, a clase. Eli estaba en modo ‘’chica bonita’’ que
consistía en portarse como un ángel mientras estaba Lys delante, Lys parecía
encantado con ella y no paraban de hablar de tonterías. Nunca lo había visto
así… me parece que les voy a preparar una cita.
- Cami ¿por qué sonríes así? Das miedo – dijo Nicol alejándose
unos metros.
- ¿Eh? ¿¡Tan monstruosa te parezco!? – me escandalicé.
- No, estabas mona, solo que no sé porque sonríes, y quedaba
raro.
- ¡Ah! ¿Ves a estos dos? - dije señalando a Lys y a Eli, y
sin que escucharan le susurré a Nicol: - les voy a preparar una cita.
- Parecen los dos embobados - dijo mirándolos.
- Sí, a saber que me dice Eli después, seguro alguna cosa
pervertida sobre a qué parte del cuerpo de Lys le falta ropa. - las dos nos
reímos y de pronto Eli dijo:
- ¿Qué os hace tanta gracia?
- Ah, nada, nada. Después te lo cuento señorita rubia -le
dije, a lo que me saco la lengua.
- Gata de pelo negro - me dijo ella.
Entramos a clase y por una vez desde que llegué me pude
concentrar. Hablar con mis amigas hacia un gran efecto sobre mis estudios,
menos mal que las tengo. Pasaron las clases y sin darme cuenta estaba
temblando, ahora iba a tener que ir con Castiel a casa y quedarme con él. Está
bien… calma, Sanae estará allí y no pasara nada.
Sin darme cuenta ya estaba levantándome del sitio, salude a
todos mis amigos y me dirigí hacia mi taquilla para dejar algunos libros. Por
los pasillos se notaba que era viernes porque estaban todos atolondrados. En
eso se me acerca Nathaniel.
- Hola Cami, no te vi ayer… - dijo y le interrumpí-
- ¡Ya me extrañabas, eh! – dije.
- ¿Pasó algo? – preguntó.
- Eeem… - prefiero no contarle, a saber qué pasa entre esos
dos que nadie me quiere contar- no nada, solo estuve un poco liada con lo del
casting.
- Ah, vale, ¿ya tienes a los integrantes del grupo?
- Nos falta un batería, pero creo que será Lenny.
- Me alegro, bueno, yo me voy solo venía a saber qué tal
estabas - me dijo con una sonrisa.
- Esta bien… ¡ah! Casi se me olvida, tendrías que hablar con
tu hermana, el otro día estaba acosando a una de mis amigas y por suerte no me
lleve una bofetada suya.
- ¡¿Qué?! Esto ya es demasiado, hablare con ella ¿vale? - me
dijo algo… ¿avergonzado? Pobre Nath, es verdad que de pequeño era bastante malo
con ella pero… tampoco para que Amber se comporte así. Está muy distinto a como
era antes.
- Vale, gracias, solo era eso - le dije - No te esfuerces
demasiado, que te pasas el día haciendo papeleo, ya pareces un viejo Nathy.
- ¿Ahora me dirás abuelo en vez de hermano? - dijo riendo.
- No, la verdad es que prefiero hermano - dije riendo
también.
- Bueno adiós, nos vemos que este viejo tiene que hacer más
papeleo.
- Sí, adiós.
Me fui hacia mi taquilla como tenía planeado, la abrí deje
mis cosas y al cerrarla…
- ¿Estás lista? - dijo el pelirrojo menos deseado por el
momento.
- ¡NYAAAAAAAAH!
- No soy un atracador, eh - dijo Castiel.
- ¡Casi muero de taquicardia! Da igual, vámonos - quería que
el tiempo pasara más deprisa, pero no iba a pasar.
Fuimos caminando callados, sin decir nada, Castiel parecía
pensar en algo y yo simplemente quería ignorarlo pero no podía. Cuando llegamos
a la puerta saque las llaves algo nerviosa, abrí la puerta y me encontré con
Sanae toda arreglada.
- ¡Ah, Cami! Menos mal que llegas ya me iba a ir, tengo una
cita con un chico guapísimo - dijo toda emocionada, parecía una adolescente,
espera… ¿¡UNA CITA?! ¡Hoy no, por favor, hoy no!
-¡Wow, hola Castielín ! - dijo mi hermana - ¿Por qué esta
aquí? - me preguntó.
- Yo también me alegro de verte Sanae - dijo Castiel,
sarcástico.
- Tenemos que hacer un trabajo de ciencias – dije nerviosa.
- Mira que engañar a Lysandro así, eso está muy mal Camila
Shinzo. - me riño mi hermana como a una niña pequeña.
- Sanae que no voy a salir con Lysandro…
- Vale, vale, por hoy te dejo que me voy ya. - dijo
caminando hacia la puerta del jardín.
- ¡No, espera! - le grité, pero dijo:
- Como os pille entre arrumacos cuando vuelva, ¡no te lo
perdonaré, hermanita!
Y antes de que pudiera decir nada se fue. Mire a Castiel que
me estaba observando y dije:
- Pasa, ‘’Castielín’’ - sin muchas ganas.
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