¡Jueves, Jueves,
Jueves! ¿Por qué son tan aburridos? Al menos hoy, Jueves, vienen mis dos amigos
de la ciudad, Pok y Dake, esos dos, son una de las cosas buenas que tuve al
estar allí. La mañana en el instituto había pasado lenta y llena de achuchones
por parte de mis amigas al ver que había vuelto al instituto, ¡lo que me
faltaba es que me mataran de tanto apretujón! Pero tampoco he dicho que no me
gustara, ¡los achuchones son buenos para la salud!
-¡Date prisa
caracol! ¡Que ha este paso llegamos a la estación de tren el año que viene!-me
gritaba Castiel desde el piso de abajo.
Yo estaba en mi habitación eligiendo la ropa que ponerme para encontrarme con
mis amigos.
-¡Ya voy! ¿¡Y
ahora soy un caracol!? ¡En que mundo se ha visto que un gato se convierta en
caracol!-le dije.
-Pues eres una
gata lenta-dijo Castiel entrando en mi cuarto… mientras yo me cambiaba las
braguitas…
-AAAAAH!
¡Pervertido de los cojo***! ¡Te dije que no entraras bestia! ¡Un dia mandare a
que Pikachu te electrocute! ¡Gírate, gírateeeeeeeeeeee!-le gritaba mientras me
subía las bragas lo mas rápido que podía. Castiel se giro rápidamente y me puse
el vestido que tenía preparado, era gris, de tirantes, me llegaba un poco antes
de las rodillas y con un cinturón en medio de color blanco.
-¿Pero no decías
que no importaba que te viera?-dijo Castiel riéndose.
-¡No! ¡Solo fue
ese momento de debilidad!-dije poniéndome roja-ya puedes mirar.
-¡¿Qué pasa aquí?!
¿¡Castiel, pervertido, que le haces a mi niña!?-dijo Sanae entrando a la
habitación.
-¡Que no soy un
pervertido jod**!-dijo el pelirrojo.
-Nada Sanae, ya
esta.-dije poniéndome mas roja, por mi cabeza pasaban las imágenes de mi y
Castiel haciendo ‘’cosillas’’ al escuchar decir a mi hermana eso-¿Nos vamos?
Sanae nos llevo a
la estación en su coche, durante el camino Castiel no parada de burlarse de mi
hermana por cada cosa que hacia…
-Si, tu imitación
de Cami fue la peor que he visto en mi vida.-le decía Castiel a mi hermana.
Ella iba conduciendo y el pelirrojo y yo detrás.
-¡Que me
dejes!-grito ella- ¡Y si yo hago malas imitaciones tu tienes el pelo horrible!
-¡¿A que viene eso
de meterse con mi pelo?!-dijo el.
-¡Yo cambio de
tema cuando quiera! ¡Así que digo que tu pelo es feo!-Sanae le tiro una mirada
asesina por el espejo.
-Pues anda que el
tuyo…-dijo el. Mi hermana quiso pegarle al pelirrojo y al hacerlo el coche se
tambaleo.
-AAh! ¡Jod** yo no
vuelvo a ir en coche con vosotros dos!-grite cuando Sanae volvió a poner todo
en orden. -¡Sanae no le hagas caso al culo blandito y TU-dije mirando a
Castiel-ya no le digas mas nada!-les grite a los dos demasiado nerviosa.
-Perdón
hermanita…-dijo Sanae.
-¡Nyaaa sois idio***!
¡Que susto me he llevado!-dije acurrucándome en Castiel.
-Bueno, vale, ya
no digo más nada.-dijo el acariciándome el pelo.
-Mas te vale-le
dijo Sanae con cara de monstruo. Castiel parecía que no sabía si reír o llorar.
El resto del
viajecito paso mas tranquilo, se ve que no querían que pasara lo de antes y me
pusiera loca, porque yo, loca, ya no soy Cami la gatita.
Llegamos bien, aun
quedaban quince minutos para que llegara el tren, yo no podía mas, ¡Ya quería
verlos!
-Me aburro,
¡¿cuanto falta!?-decía yo.
-Hermanita solo
llevamos cinco minutos aquí…-me dijo Sanae.
-¿Quieres que te
entretenga?-me dijo Castiel seductoramente, o al menos era lo que me parecía.
-¿Co-como que
entretenerme?-dije sonrojándome.
-¿En que piensa
esa cabecita tuya? Yo decía de jugar a un juego-decía el pelirrojo riendo.
-Hum! Un día te
cogeré y te encerrare en una habitación vacía con mi hermana a ver si me
vuelves a gastar bromas de esas.-dije vengativamente, la cara de Castiel se
puso blanca y abrió mucho los ojos.
-No serias capaz…-dijo
el.
-¿No? ¿Estas
seguro?-su cara cada vez era mas tonta y no pude seguir con mi broma, total que
me puse a reír como una tonta.
-¡Pero serás!-dijo
el cogiéndome de la cintura y levantándome, quedándome así como si estuviera
llevando un saco de patatas.
-¡Castieeeeeeeeeeeeel!
¡Bájame que llevo un vestido! ¡Es que no te preocupa que me vean las braguitas!-como
estaba nerviosa e intentaba taparme el culo, no me di cuenta de que la gente
que estaba por allí nos miraba. Castiel me bajo lentamente y al ver a toda la
gente allí mirándonos, algunos riendo y otros con cara de no entender nada, me
sonroje demasiado, estaría… ¡COMO UN TOMATE! ¡Porque el pelo de Castiel no es
tan rojo! Cogí de la mano a mi noviecito y me lo lleve hacia un banco mas
apartado con las miradas de la gente.
-Vaya espectáculo
café-man, ¡podrías entrar en un circo!-dijo mi hermana acercándose a nosotros.
El pelirrojo vio que la gente seguía mirando y se irritó.
-¿¡QUE CO**
MIRAIS?!-les grito el. Enseguida la gente dejo de mirarnos y se ve que
cualquier otra cosa era más interesante.
-Mama esa chica
llevaba unas braguitas de conejitos…-le oí murmurar a una niña que estaba
cerca. Su madre me vio que miraba a la niña y se la llevo más lejos de nosotros.
-¡Nyaa Castiel
mira lo que haces!-proteste.
-¡Pero si tus
bragas son muy sexys no te quejes!-me dijo el.
-Siempre me dices
que todo es sexy, ¿Hay algo que no lo sea?
-Todo en ti es
sexy, en cambio, si ves a Sanae-dijo apuntándola, mi hermana ya parecía lista
para atacar-nada de ella es sexy.
El pelirrojo y yo
nos echamos a reír como unos locos, lo que volvió a causar que la gente nos
mirara, y que Sanae se enfadara, pero al ver que reía ella también lo hizo.
Al rato me di
cuenta de que ya habían pasado los diez minutos que faltaban para que llegara
el tren. Me acerque mas a la vía y vi que estaba a punto de parar. Vi que
bajaba gente y gente y gente y mas… gente. ¿Dónde estaban Pok y Dake?
-¡Nyaaa que
frustrante!-dije.
-Míralos-dijo
Sanae y señalo casi por el final del tren que bajaban los dos.
Corrí nada mas
divisarlos y me abalancé sobre mi querida amiga Pok.
-Poks, ¡te extrañe
mucho! ¡Que cambiada estas! ¡Me alegro que los Pikachus morados no te hayan
violado!-decía yo mientras la estrujaba.
-¡Cami! ¡Gatita
loca! ¡Yo también te he extrañado! ¡Cuánto tiempo! ¡Pensé que moriría en el
tren y no te vería nunca!-decía Pok estrujándome mas.
-No ha pasado ni u
mes desde la ultima vez que nos vimos, ¿Por qué tanto escandalo?-decía Dake.
-¡A callar
rubio!-le dije y me volvi a hablar mas con Poks-Nyaaaa amiga mía, ¿No te han
torturado mientras no estaba no?
-¡Pero si era yo
la que te protegía de los malos!-decía ella.
-¡Verdad! ¡Gracias
Poks!
-¡¿Y yo que?! ¡Yo
también quiero un abrazo!-protestaba Dake.
-¡A callar
rubio!-le dije otra vez.
-¡Nyaaaaa tenemos
que ir de compras Poks!
-¡Lo se, lo se!
-¿Y yo?-pregunto
Dake.
-¡A callar rubio!
Ok ya paro…-me separo lentamente de Pok y dirijo mi mirada a Dake.-¡Maldito
rubio! ¡Te eche mucho de menos!-dije y me tire bruscamente hacia él, fue pura
suerte que no nos matáramos.
-¡Yo también gata
patosa!-grito el.
-¡Sigues siendo
idi***!
-¡Y tu estas muy
fofa!
-¡Bobo!
-¿Quién?-dijo
extrañado.
-¿Eres tonto o
peinas calvos?-le dije
-¡Peino calvos!
-Error! ¡Eres
tonto!
-Bueno, ¡tampoco
es que importe! Por cierto… yo también te quiero.
-Ujum!-eso era
Castiel que había llegado, ¿Cuándo? Cuando me meto demasiado en el mundo happy
con Dake puedo pasar horas sin saber que hago.
-Rápido Cami,
¡sepárate del rubito que a Castiel le entran celos!-decía Sanae burlándose de Castiel.
Castiel pego un
bufido y me separe de Dake para darle un beso a mi pelirrojo celosín.
-Ah! Cami!
¿Entonces este es el culo blandito?-dijo Poks.
-¡Si! ¡Culo
disponible solo para mi!-dije agarrándome a la camiseta de Castiel mientras
todos reían.
-¿Por qué les
dices que tengo el culo blandito?-me dijo Castiel y se acercó mas a mi
oído-¿tanto te gusto tocar?-susurro para que solo yo lo oyera. Otra vez, roja
como un tomate.
Durante el camino
hacia una cafetería mi pelirrojo fue conociendo a mis amigos, Dake no le cayo
muy bien, sigue un poco celoso. Otra vez en el coche, ahora con más
distracciones dentro para Sanae, casi nos matamos por segunda vez. Esta vez me
tranquilice más y me jure no ir con nadie en el coche con Sanae de conductora.
Al llegar nos sentamos en una mesa y pedimos unos refrescos.
-Oye gatita
¿Conoces a ese tío de allá?-me susurro Poks señalando a un chico moreno, con
pinta de jugador de baloncesto y con rastas.
Castiel que estaba
a mi lado se fijo en que mirábamos y pareció reconocer al chico.
-Eh! Dajan!-le
dijo Castiel saludándole con la mano, el tío le devolvió el saludo sonriente y
se dispuso a acercarse.
-Cami… creo que
necesito otras bragas…-me dijo Poks.
No hay comentarios:
Publicar un comentario