viernes, 11 de abril de 2014

Capitulo 30



Narra Castiel
No podía dormir, al contrario de Cami que dormía como un tronco con la cabeza en mi pecho, por alguna estúpi** razón no podía dormir.
-Nyaa no señor oso no se coma mis caramelos…-Cami hablaba, la mire un poco y vi que tenia los ojos cerrados, será que habla en sueños.- Quiero un batido de plátano por favor- ¿Qué estará soñando?
Sentí que algo se movía bajo la manta, era su mano, empezó a acariciarme la barriga y fue bajando hasta mis pantalones…
-Ga-gata despierta ¿Qué estas…
-¡Nyaaa ya encontré el plátano!-dijo ella cogiendo mi… parte reproductora, por así decirlo.
-Ehh… ¡Cami despiértate!-le grite zarandeándola, si me quedaba con su mano ahí mucho rato me desangraría ahí mismo.
-Eh… ¿Dónde esta el señor oso y mi batido de plátano?-dijo ella frotándose el ojo con la mano libre.
-Primero mira donde tienes la mano, que no sueltas el plátano-le dije mirando hacia otro lado, tenia toda la cara roja, no quería que me viera así.
-¡WAAA! ¡¿Qué estabas haciendo con mi mano ahí?!-pregunto ella alarmada.
-¡Eras tu la que quería violarme!
-¡Yo no soy tan pervertida!
-Aun que lo fueras no me importaría-le dije acercándome. Ella sonrió y me beso. Me puse a cuatro patas encima suyo y me volvió a besar.
-¡Pero que sepas que eres tu el pervertido en esta relación!-me dijo.
-Lo se, lo se-sonreí y le quite la camiseta que en ese momento se interponía en mi camino.
Ella me quito los pantalones y poco a poco fuimos quedándonos sin la molesta ropa. Empecé recorriendo con mis manos todo su cuerpo, ella solo sonreía y me besaba. Podría quedarme así toda la vida.
Ya sabéis lo que pasa después, hombre y mujer, se juntan… pues eso.
-Te amo-le dije a mi gatita.
-Yo más-dijo ella escondiendo la cabeza en mi hombro.
Fin de la narración de Castiel
Desperté entre los brazos fuertes de Castiel, que bonito despertarse así, ¡WAA! Que se me cae la baba… Levante un poco la cabeza para mirarlo, ¡se veía muy mono dormidito!
Instintivamente le empecé a acariciar los pectorales, me quede bastante embobada…
-¿Qué haces?-me pregunto el pelirrojo, al mirarlo tenia un ojo abierto y una sonrisa picara en el rostro.
-Eh… eh… ¿Es que no yo no puedo tocarte pero tu a mi si?-dije para evitar mi nerviosismo en un intento fallido.
-Aja-dijo el simplemente-entonces te toco yo también…
-¡Nyaaa Castiel no digas cosas raras!-dije poniéndome roja ante su cara de pervertido.
-Son cosas muy normales en una pareja-dijo atrayéndome mas hacia él, que no se si era posible ya.
-¡Pues a mi me gustan mas las cosas raras!-le dije riendo.
-Que bipolar…
-Oye, que nunca dije que no me gustaran, solo te dije que no las hicieras conmigo!
-Y, a todo esto, ¿Que son las cosas ‘’raras’’ que no quieres que te haga?-dijo poniéndose encima mio.
-Esto… ¡me voy!-dije escurriéndome de la cama y parándome.- ¡Waa! ¡Voy en bolas!-busque con la mirada una camiseta mientras me tapaba mis partes femeninas.
-¡No me dejas disfrutar de las vistas eh!-protesto el, pose mi mirada en su cuerpo, solo se tapaba sus partes con la manta el muy… ¡Cami no babosees mas!
-Ca-castiel…-el Dios griego se levanto de la cama y me volvió a tirar en ella.
-Déjame disfrutar un ratito mas-dijo haciendo pucheros.
-Que raro tu haciendo pucheros…
-Esto es una ocasión especial.
-Ya veo…-y nos volvimos a ‘’retozar’’ entre las mantas.
[…]
-¡Nyaa Castiel déjame irme a ducharme, que ya es mediodía y no hemos salido de la habitación!-le dije intentando que me suelte el brazo mientras iba arrastrando las sabanas como vestido.
-¡Pero quédate un rato más!-decía el estirándome.
-No, ¡es lo que llevas diciéndome un buen rato y lo que he hecho! Ahora, me voy a mi baño.-dije con la barbilla alta e intentando salir.
-Entonces te acompaño-me dijo cerca del oído y abrazándome por la cintura.
Tuve que ir al baño con Castiel persiguiéndome por toda la casa, no es que no me gustara… pero aun que ya me ha visto miles de veces desnuda, me sigue dando algo de vergüenza, me pongo como un tomate y odio ponerme como un tomate… Llegue a la puerta del baño y la abrí, ¿es lo normal no?
-Castiel ya puedes dejar de perseguir…-decía yo, pero al ver la escena pare.
-¡Anda, el doctorsucho a tenido la misma idea!-dijo Castiel señalando a mi hermana y a James en la ducha haciendo cosas que creo que no se pueden hacer en esa pequeña duchita que ahora… ya no es virgen, ¿se puede dejar a una ducha preñada? Pues con los dos estos ahí seguramente pasaría…
-¡No mires pelirrojo!-le dije a Castiel tapándole los ojos, ¡si cree que lo dejare mirar las partes intimas de mi hermana va listo!
-¡Tu tampoco mires! ¡Que James también esta como Dios lo trajo al mundo!-me grito Castiel intentando taparme los ojos como podía.
-¡Salgamos de aquí!-le dije, Sanae y James parecían no saber que estábamos ahí y estaban haciendo ruidos muy raros.
Salimos del baño a toda pastilla con las super-sabanas de ropa que tenia y Castiel… en boxers, ahí que se le marca la…
Unas horas después ya salíamos de casa tranquilamente, tenia ganas de ir a la cafetería donde fuimos cuando Poks y Dake llegaron, ¡a lo mejor me encontraba con la otra chica con orejas! Era… era… Hatsu! Era muy mona… y Moi! Tengo curiosidad, si, soy curiosa ¿Qué pasa? Eh? Quiero saber la historia de sus orejas…
-¿Por qué querías venir aquí?-pregunto Castiel un poco borde. Esta enfadado porque quería que nos quedásemos en la cama… hum!
-Quiero ver a Hatsu y a Moi-le dije cogiéndole de la mano para entrar.
-¿Quién co** son esos?-dijo el.
-Que memoria de pez tienes, pelirrojo mio-le dije.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana, me gustan las ventanas… Enseguida divise a Hatsu con un montón de bebidas en una bandeja, ¡Como iba la chica, es Wonderwoman! Le pedimos a un camarero que pasaba por ahí unos helados, ¡de chocolate claro!
-¡Castiel te vas a matar si comes así el helado!-proteste, el levanto la cabeza para verme, debo apuntar que tenia toda la cara llena de chocolate.
-Perdone usted señorita, no soy un príncipe, soy un sapo sexy!-dijo el, no pude evitar soltar una carcajada por la cara del pelirrojo, parecía que le hubiera explotado el helado en la cara.
-¡Anda ven aquí sapo sexy!-le dije, le limpie con una servilleta toda la cara-eres un desastre, pero te quiero así.
-Ah! ¡Gata negra!-dijo una voz a mi espalda, me gire para ver quien era.
-Hola Hatsu! He venido a verte-le dije sonriente.
-A pues acabo mi turno en un rato, si quieres podemos irnos por ahí un rato, y tu pelirrojo también, seguro que se llevan bien Moi y el.-dijo ella.
-Lo dudo mucho…-dije mirando a Castiel.
Media hora después estábamos los cuatro fuera, Castiel, Hatsu, Moises y yo.
-Bien, ¿Dónde vamos?-dijo Moi.
-¿Que os parece el centro comercial?-dije yo.
-A mi me da igual-dijo Castiel con su tono de indiferencia, no se como es que le cambia la actitud cuando esta con otra gente.
-Lo que decidan las chicas-dijo Moi sonriendo.
-Por mi bien-dijo Hatsu.
Estos dos últimos se miraban como con chispitas en los ojos, no estarán… ¿enamorados? Pero Hatsu me dijo que eran solo amigos, hum!
-Oye gata marrón-le dije a la chica.
-¿Por qué marrón? A ya…-dijo ella entendiendo.- ¿Qué pasa?
-¿Cuando seréis Moi y tu, novios?-le dije, creo que me he pasado… se ha puesto bastante roja… ayy.
-Pu-pues, si te digo la verdad, el a mi me gusta pero… no se si yo a el.-me dijo, como los chicos iban andando detrás nuestro, no nos oían, además, estaban demasiado ocupados ignorándose.
-Claro que le gustas, se le nota!-le dije-Aun que parezca tonta, no lo soy tanto.
-¿Tú crees?-me dijo ella.
-Hazme caso! Por cierto, ¿Cómo conseguiste esas orejas?-dije yo.
-Fue cuando Moi y yo nos conocimos, se las habían regalado y pues me las dio porque decían que no le quedaban bien.
-Y no te las quitaste… como yo!-salte sobre Castiel que iba mirando para cualquier lado y me cogió en brazos.-¡Nyaa gracias!
-¿Por qué?-pregunto el pelirrojo.
-Por hacerme gata.-le dije.

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