Narra Lysandro
Sus caricias, el
tacto de su piel, sus labios… estaba totalmente embelesado por la belleza de mi
dama. Aun que nuestra noche de amor estuviera sucediendo en mi coche no
importa, o al menos eso creo. Mientras estemos juntos creo que no nos tiene que
importar nada más.
-Lysandro…-dijo
entre jadeos Eli. Yo sonreí y le di un dulce beso en los labios. Sabían a
cerezas, las cerezas más dulces que he probado en mi vida.
Al separarnos un
poco Eli se acomodó en mi pecho como una conejita, mi conejita. Nos tape a los
dos con una manta que estaba antes en el asiento a modo de decoración. Sin
darme cuenta me puse a acariciarle la espalda desnuda a Eli y nos quedamos un
rato en silencio, un silencio para nada incomodo.
Se escuchaba
nuestras respiraciones agitadas por el coche. La luna nos alumbraba un poco por
las ventanillas y las estrellas, lo que podía ver de ellas, estaban muy
brillantes.
-Te
quiero.-susurre.
-Yo más.-le
escuche decir a Eli. Una noche perfecta.
Narra Poks
Nada mas acabar la
fiesta habia visto salir a Castiel con Cami y a Lys con Eli, supongo que para
hacer cosas no permitidas de ver a menores de edad.
Yo voy de camino a
casa junto a Dajan, cogidos de la mano, claro, mio solo mio. Aun estoy
planeando lo de su tatuaje en el culo que ponga: Propiedad de Poks Vinasco.
Hum… quedara perfecto. ¿Qué? Es que hay muchas necesitadas en este lugar y
Dajan es un maromo demasiado sexy.
Sin darme cuenta
ya estábamos en la entrada del piso y sin pensarlo metí a Dajan en casa
salvajemente.
Como siempre la
ropa no jugo ningún papel importante este momento. En mitad del mágico momento
se me vino algo a la cabeza…
-Dajan llevas
protección… ¿verdad?-le dije esperando un simple si. Un simple y maravilloso
si. No quiero salir en embarazada a los 16 ¿¡vale!?
-¡Mier**!-dijo él
dándose cuenta. Ahh… no!
-¡Tengo condones
en el baño, ven!-y así salí de la cama, sin tapar ni nada y de paso, antes de
poder salir de la habitación, caí al suelo de morro.
-Poksita ¿estas
bien?-dijo Dajan levantándome.
-SI!-no se si
notáis mis ganas por el serso con Dajan…
Total que al
llegar hasta el baño para coger… nuestras cosas. Dentro estaba Dake comiéndole
el morro a una chica que desconozco y encima… desnudos!
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-grito
uno, mi grito.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-grito
dos, grito de Dake.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-grito
tres, grito de la chica desconocida.
Y Dajan no grito
porque es un machote. Ya veis, los problemas de compartir piso…
Narra Sui
Un poco antes de
que acabara la fiesta vi a Leigh saliendo del edificio. Rin me dijo que lo
siguiera que se suponía que iba a su tienda porque tenía que hacer unas
costuras o algo. ¿Qué como lo sabia? Ni idea, pero me dijo que le hablara para
ver si podía acompañarlo. Me negué unas mil millones de veces pero al final Rin
consiguió convencerme.
He acabado en la
tienda de Leigh con Leigh, claro está. A pesar de que estaba muy nerviosa por
estar a solas con el, cosa que ya he hecho miles de veces y me mi subconsciente
no parece entender, él parecía muy tranquilo y concentrado. Necesitaba diez
vestidos para una ricachona que, al parecer, tenía diez sobrinas. Él estaba
sentado en frente de una mesa con maquina de coser junto a una tela color lila
y yo sentada en otra a su lado.
Dejando de lado
eso, Leigh me dejo quedarme con el para hacerle compañía, ya que su hermano no
estaba… A saber que estará haciendo.
-¡Sui, Sui!-escuche
decir.
-Ah! Lo siento… me
empane…- ¡Esto de empanarse se tiene que acabar!
-Tranquila, ¿me
pasas esa tijera?-me pregunto alargando la mano.
Le pase lo que
quería y murmuro un ‘’gracias’’. Estuvimos un rato callados. No tenia ni idea
de que comenzar a hablar con él.
-Tocaste muy bien
la guitarra.-dijo Leigh de repente. Yo me sonroje un poco, me habia estado
mirando…
-Gracias, lo hice
lo mejor que pude.-le dije.
-Listo! Ya termine
con el último vestido-dijo levantándose y cogiendo con las dos manos el
vestido.-Con esto bastara para que la mujer se quede a gusto.
-Te ha quedado
bien.-le dije sonriendo. No era muy de mi estilo, pero he de decir que el
trabajo que hace Leigh con las prendas es algo maravilloso. Un vestido lila,
con algunos tonos blancos, con volantes y lazos.
-Lamento haberte
hecho quedarte hasta tan tarde.-dijo el, es verdad, ya son casi las tres de la
madrugada.
-N-no pasa nada,
tampoco es que tuviera mucho que hacer.-reí un poco inquieta, con tan solo su
presencia ya me sudan las manos, creo que nunca me había pasado algo como esto.
-Te acompañare a
casa-dijo decidido. Yo asentí sin saber que mas decirle y luego de recoger
algunas cosas salimos de la tienda.
A mitad de camino
empezaron a caer gotas el cielo y Leigh me puso su chaqueta victoriana por
encima. Yo aun llevaba el vestido de la fiesta, pero no estaba muy concentrada
como para sentir frío. Le murmure un ‘’gracias’’ justo como el había hecho
antes y seguimos por el camino hacia el piso donde vivía. Leigh parecía
pensativo, con esa cara que pone parece Lysandro, un Lysandro con pelo negro y…
casi que totalmente distinto.
A solo unos pasos
del portal de mi edificio empezó a caer lluvia con más intensidad. Leigh me
cogió de la mano y me llevo corriendo hasta la puerta, pero era tarde estábamos
los dos empapados.
-Vayamos dentro y
te secas, así no puedes volver a casa.-le dije. Él me miro con su típica cara seria
y aun cogidos de la mano se acercó más.
-Sui… lo estuve
pensando todos los días desde que pisaste mi tienda…-dijo casi en un susurro y
cada vez mas cerca.
-¿E-El que?-dije
roja como un tomate y la respiración mas acelerada.
-Que, te
quiero.-esas palabras fueron las que colapsaron mi cerebro y sin aguantarlo un
segundo más junte nuestros labios aun chorreando agua por todo el cuerpo.
Debo decir… que
fue un beso algo húmedo, pero igual de maravilloso que uno de película cursi.
Narra Hatsu
Tengo la ligera
impresión de que aun nadie se habrá ido a dormir. Hoy es la noche de la gente
pervertida, ¡solo que llueve a mares!
-¿Hatsu que haces
en la ventana?-me pregunto Moi. Estábamos en su casa, si, en su casa. Debo
controlarme y no hacer nada perverti…
-¡¿Qué haces sin
camiseta!?-le grite al girarme para verle.
-Es mi casa, ¿Por
qué no puedo estar sin camiseta?-dijo el burlón.- ¿Te pongo demasiado?
-N-No! No es
eso.-dije apartando la cara, notaba la cara ardiendo y ver a Moi sin camiseta y
marcándose todos sus músculos… no ayuda mucho a calmarse.
Note unos brazos
rodeándome y me sobresalte un poco a pesar de saber que estaba seguro, o so es
lo que parece.
-Oh Vamos, que
solo estoy sin camiseta, ¿Prefieres que me quite los pantalones?-dijo con una
sonrisa maliciosa.
-¡Deja de decir
esas cosas!-dije abrazándome mas a el para esconder mi cara en su pecho…
En un movimiento
rápido me hizo que le mirara y me beso dulcemente.
Así no se como voy
a aguantar sin tocarle…
Narra Armin
Lenny es preciosa…
su pelo negro sus ojos azules… Sin darme cuenta la estaba acariciando mientras
veíamos la tele, va, ella prestaba atención a las chorradas que ponían y yo le
prestaba atención a ella.
-Los programas que
dan a las tres de la mañana son realmente horribles, no hay nada para ver.-se
quejo ella mirando la pantalla y cambiando de canal.
Había dejado a
Alexy solo en casa, bueno no se si solo, se paso varias horas hablando por
teléfono con Melannie de ropa y no-se-que cosas. Así que me vine a casa de
Lenny para pasar la noche con ella.
-¿Y que te parece,
si dejas la tele y hacemos otras cosas?-dije poniéndome a cuatro patas encima
suyo en el sofá en el que estábamos.
-¿Cómo que
cosas?-dijo ella con una mirada picara.
-Juguemos.-le
dije.
-¿A
video-juegos?-pregunto extrañada.
-¿Qué le ha pasado
a la Lenny pervertida?-pregunte burlón, la cogí como a un saco y puse dirección a su
habitación, mas concretamente, a la cama.
-Lenny pervertida
se perdió en un mundo de Mario mientras su novio se volvía mas pervertido que
ella.-me dijo riendo mientras iba cargada a en mi brazo.
Narra Misa
Jade me había
invitado a su casa porque tenia algo importante que decirme, al acabar la
fiesta me llevo y me conto todo lo que tenia que decirme. Me quede algo
bloqueada, realmente no me esperaba lo que me conto. Le dije que teníamos que
contarle a nuestros amigos, sabia que ellos lo comprenderían perfectamente pero
Jade…
-¡Sé que son
buenos amigos, los conozco desde hace tiempo! Pero… no podemos arriesgarnos a
que nadie se entere…-decía Jade.
-Esta bien, pero
tendremos que decírselos algún día.-le dije mirándolo.
-Hecho, por ahora
ocultémoslo un poco, como estábamos.
-Y… ¿tienes idea
de porque nuestros padres nos lo ocultaron?-pregunté.
-Creo, que no
saben que nos conocemos.
-Ya veo…-sin darme
cuenta me quede mirando sus ojos verdes y el a los míos, al darme cuenta de que
él se estaba sonrojando mire hacia otro lado y me sonroje también.
-Eh… así no podrás
volver a casa, un poco más y vemos pasar el arca de Noé por la calle.-dijo
Jade, a lo que yo reí, aliviándome un poco por lo que había pasado.
-¿Qué sugieres
entonces?-pregunte.
-Tengo varias
películas de terror alquiladas, ¿Te apetece ver sangre?-dijo poniendo una mueca
graciosa.
-Por mi bien, pero
no grites como una chica ¿vale?-le dije burlona, y asi olvidándome por completo
de los problemas que teníamos.
Narra Tor
Nathaniel me había
acompañado hasta mi casa mientras llovía, al fin mi apodo había hecho su efecto
en este lugar, pero que pedazo de tormenta. Mi padre esa noche no estaba, había
ido a nuestra antigua casa para recoger unas cosas, la verdad, después de tanto
tiempo aquí, no se como siguen habiendo cosas allá.
-Llegamos.-dije al
sacar las llaves de mi bolso.
-Bonita casa.-dijo
Nath sonriendo. Que brillante sonrisa… ¡como las de los anuncios de pasta de dientes!
-Oye Nath,
¿Quieres esperar a que pase la lluvia aquí?-le dije mientras habría la puerta.
-Me vendría bien…
tampoco quiero acabar resfriado, ser el delegado no me lo permite.-dijo
entrando después de mi.
Fui hasta el baño
y saque un par de toallas, al rato ya estábamos casi secos y nos pusimos a
hablar de cualquier chorrada que se nos pasara por la cabeza.
-La lluvia no para
y cada vez hay mas truenos…-dije preocupada mirando por la ventana.
-A este paso no
podre volver a casa-dijo Nath preocupado también, aun que no me importaría que
se quedara toda la noche aquí… EH!? ¿¡Pero que digo!?
De repente hay un
apagón y nos quedamos a oscuras.
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-grite,
aferrándome a lo primero que encontré. Se ve que era Nath porque me rodeo con
los brazos.
-Tranquila, será
por la tormenta, ¿Dónde esta el interruptor?-dijo él. La oscuridad no era lo
mio y ya me estaba poniendo un poco nerviosa.
-No espera, no me
sueltes.-dije hundiendo la cara en su camisa.
El olor de Nath me
impregno y nos quedamos así abrazados un buen rato, al final pude calmarme y
Nath consiguió que volviera la luz.
Narra Cami
-Sanae y James
hacen demasiado ruido en la habitación-dije tapándome la cara con una almohada.
-Más ruido
habremos hecho nosotros.-dijo Castiel el pervertido.
-¡No digas esas
cosas!-dije tirándole la almohada y notando mis mejillas calientes.- ¡Y tapate
la banana que aun que estemos en mi cuarto no dejan de existir las vecinas
cotillas!
-¿Tan cotillas son
las vecinas como para espiarte a estas horas?-pregunto él burlón.
-Si, no te haces a
la idea.-lo se, lo se, estoy paranoica, pero las vecinas si que son unas
ultramega cotillas, ayer pille a una mirando hacia mi ventana cuando estaba con
Castiel, las viejas de hoy en día están muy necesitadas. Y ahora que estamos
los dos desnudos en la cama, mas se van a meter en nuestros asuntos, es como…
porno gratis, pero IT’S FREE! Da mucho iuiu que unas viejas te espíen en vez de
mirar la Rosa de Guadalupe como hacen las viejas normales.
Vi que Castiel me
miraba mientras me tapaba con las sabanas.
-¿Qué
tengo?-pregunte.
-La marca de… la
navaja.-me dijo acercándose y mirándome como con… pena?
-Café-man ya
olvida eso, él esta en un manicomio, y espero que se quede ahí mucho tiempo, no
creo que vuelva, ¿entendido? Como vuelvas a mencionar algo hare que te
conviertas en Almohada-man!-le dije tirándole otra almohada que tenia cerca.
-Está bien…-dijo
esbozando una sonrisa.
-Así me gusta,
buen perrito-le dije revolviéndole el pelo.
-Aun que seas mi
novia soy capaz de hacerte sufrir.-dijo malicioso, yo puse cara de susto falso
y me tire sobre el.
-Nya, nya no te
atreverías, soy una gata demasiado mona como para que me hagas sufrir.-dije
burlándome.
El pelirrojo
empezó a hacerme cosquillas, terrible sufrimiento, se me había olvidado que
tenia cosquillas, malo, ahora él se aprovecha de mí. Y así, entre cosquilla y
cosquilla nos quedamos dormidos.
Narra Castiel
Desperté con los
ruidos del timbre de la casa de Cami. ¿¡Es que la gente no puede dormir hasta
tarde en este pueblo!?
-Nyaaa.-dijo Cami
estirándose en la cama y pasando por encima mio para levantarse.
-¿Qué haces?-le
pregunte mientras se ponía mi camiseta y unos pantalones suyos que tenía por
ahí tirados.
-Alguien tiene que
abrir para que pare y Sanae no se entera de nada.-dijo con cara de dormida y
después se fue. ¿Y por qué con mi camiseta? Bah, le queda enorme y es gracioso
de ver…
Al rato la escuche
gritar y dar un portazo, me puse los pantalones como pude y Sali corriendo para
ver que había pasado.
Me la encontré con
los brazos estirados tapando la puerta.
-E-e-es-tartamudeaba
mientras se levantaba la camiseta y señalaba la marca que tenia…
-No me digas
que…-pensé en voz alta, no podía ser que el estuviera allí, ¿o si?
Ella asintió con
la cabeza rápidamente y cayó de rodillas al suelo mirándome.
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